Amigo Escurridizo

Él jugó al amigo y tú al escurridizo, los 2 prometieron y ambos incumplieron, me hicieron creer lo que luego tuve que olvidar, intercambiaron papeles, enmarañaron mi mundo; mientras yo daba pasos de primeriza, cogí impulso y antes de pensarlo y empezar a dar marcha atrás, salté… El precipicio fue inmenso, mientras caía miraba en dirección al cielo esperando un milagro, algo que me rescatara de aquel infierno que con seguridad me esperaba; la mano de aquel amigo se vislumbró entre las sombras, aquella oscuridad se convirtió en claridad, todo cobró sentido y yo desperté en aquella red de mentiras y engaños en la que tú aún jugabas al escurridizo y mi amigo seguía con su mano extendida con miedo a que yo resbalara otra vez. Suspiro.


Después de más juegos, intercambios, mentiras, en las que, hasta yo, estuve
 dispuesta a participar, después de convertirme mil veces en amiga y otras mil más en escurridiza, después de contemplar el milagro del amor y el engaño, después de todo aquello descubrí, que tú y sólo tú eras mi amigo y escurridizo, mi mentira y mi verdad, mi engaño y desengaño, mi norte y mi sur, mi negro, gris y blanco, mi proa y mi popa, mi Madonna y mi Arjona, mi Streep y mi DeNiro, mi libro y mi canción; eras todo eso y mucho más y yo lo descubrí cuando nada importaba, cuando la nada era todo y caer era mi mejor y única opción.

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