Otro día de frío, aunque ya nos habíamos preparado un poco
mejor, el sueño y cansancio del día anterior nos ganaron, perdimos la hora del
desayuno, pero no nos preocupamos por ello habían muchísimos lugares que
deseábamos conocer donde podíamos comer, terminamos en una panadería comiendo
pastelitos de rellenos un tanto extraños, napolitano con tomate, jamón y queso
y uno con una salchicha y queso dentro, moraleja, irse por lo seguro (queso) en
algunos casos es lo mejor, al salir y virar a la izquierda vimos una especie de
entrada, era un centro comercial enorme (tomando en cuenta que las proporciones
en la que medimos los venezolanos no son nada parecidas a la de los chilenos
para ellos era pequeño), moraleja 2, ve a tu alrededor siempre puedes encontrar
un mejor lugar, recorrimos un poco ese mall “pequeño” encontramos una tienda
maravillosa de artículos de fiesta, compramos cosas útiles e inútiles, cogimos
el metro hasta el centro de la ciudad queríamos entrar al palacio de La Moneda
pero estaba cerrado, nos conformamos con ir al museo y la visita fue excelente,
super creativo e innovador, me encantó. Luego recorrimos una especie de
boulevard denominado “paseo ahumado” encantador las plazas, gente en la calle
haciendo shows, galerías de arte, baños públicos limpios, cafés, más centros
comerciales “pequeños”, hasta los perros son hermosos. Conseguimos a una
persona que nos informó acerca de tours y decidimos irnos a uno pautado para el
día siguiente, ya veremos qué tal nos va.
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