Recuerdo que cuando inicié con este experimento llamado
blog, cuando realmente inicié, escribiendo posts con sentido y teniendo lectores
desconocidos, cuando pensaba "qué escribiré esta semana" y la
inspiración llegaba sin yo llamarla, cuando las historia surgían hasta del más
mínimo de los detalles, sí, en ese inicio, solía pensar que no tenía sentido
escribir si no había nadie que leyera, tomando en cuenta que el número de mis
lectores, en los mejores días, era de 5, uno de ellos mi mamá y otros 2
familiares, para qué plasmar mis ideas, pensamientos y opiniones en una página
que se llenaba de telaraña virtual, cuál era el objetivo si esto no llegaría a
ningún alma o corazón necesitado de algunas palabras con las cuales
identificarse, sí, esos eran mis absurdos pensamientos; hasta que un día
descubrí que mi locura, extravagancia y fatalismo estaba llegando a más
personas en el mundo virtual, conocidas, desconocidas, apreciadas, nulas,
aburridas y hasta esas que admiraba. Ese fue un lindo día.
Hoy entre pensamientos descabellados, ideas absurdas y
desacuerdos morales y mentales logré atajar uno de esos, y decía algo como: No
desearían ser anónimos algunas veces en sus vidas, tener 0 followers en
twitter, 0 amigos en facebook, ni un solo contacto en BB MSN, ni un solo lector,
nadie que te conozca, te llame, te juzgue, te critique, estar solo por un
momento para decir lo que sea, cuando quiera, tweetear sobre quien quiera y lo
que desee, publicar las fotos que me plazca, actualizar las veces que me
provoque, llamar al número confesar mi amor y que no sepa quién soy, escribir tweets sin indirectas, publicar
ese post que muero por escribirle con nombre y apellido, hacer mention sin que
sea notificado, mandarle DM’s sin que deba responder, gritarle al mundo sin que
nadie te escuche y escribir un libro cuyo autor sea… Anónimo.
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