Nos levantamos a tiempo para el desayuno (finally)! De nuevo
frío intenso, hoy era nuestro tour al viñedo Undurraga, pasarían por nosotras a
la 1:15, aprovechamos de hacer un pequeño recorrido por el mal cercano al hotel
antes de irnos. En Venezuela redondean a la 1:30 aquí la 1:15 es la 1:15, un señor estaba
llamando a nuestras habitaciones y nosotras (como buenas venezolanas) no
estábamos listas aún. Ya en el tour, dónde íbamos 3 brasileños, 1 colombiano, 1
puertorriqueña y nosotras, llegamos al sitio pautado, hermosa vista,
clima frío (que raro) y grandes expectativas, nuestro guía era jocoso, tenía
muchísima experiencia y una excelente capacidad para transmitirle a la gente el
mensaje que deseaba expresar, envidiable; aprendí cosas prácticas, útiles y
otras pocas inútiles, degustamos 4 diferentes tipos de vino, maravillosos.
Entramos a la tienda algo alegres gracias al espléndido efecto del vino, compramos y luego al regresar al hotel
seguimos bebiendo. Fue una noche espectacular, digna de recordar, a veces con
el trajín, el estrés y todo lo que implica vivir en sociedad se te olvida
apreciar los pequeños momentos que te hacen feliz y la simplicidad que los
rodea, a veces 2 copas de vino y algunos Snakcs chilenos te pueden llenar más
que un montón de gente preocupada por ti y cómo celebres tu cumpleaños o pases
tus navidades.
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